Mirada balcarceña sobre la vida de las aborígenes del Chaco salteño

Mirada balcarceña sobre la vida de  las aborígenes del Chaco salteño

Este 8 de marzo, desde su institucionalización por las Naciones Unidas en 1975, se conmemora el "Día Internacional de la Mujer". Y como referentes se podrían citar muchas que son conocidas por sus actividades, pero también existe una mayor cantidad cuyo accionar no llega a los medios de comunicación o redes sociales y, sin trascender, se desempeñan en tantos otros roles. Unas y otras se han visto beneficiadas por los logros que se han conseguido en materia de igualdad de derechos, si bien es un camino que aún tiene mucho para recorrer y que, inclusive, tiene a sectores que todavía están muy rezagados o que directamente ni siquiera son considerados en esta lucha.

Hoy, El Diario eligió recoger el testimonio de Marcela Molina, comerciante local que desde hace alrededor de una década y junto a su esposo brinda ayuda a las comunidades aborígenes Wichis y Tobas, insertadas en lo profundo del Chaco salteño.

Lo primero que citó fue que ser referente en materia de acciones solidarias "se siente muy bien y a su vez es mucha más responsabilidad. Hace diez años cuando empezamos, si me escribían por un medicamento se trataba de conseguir; hoy lo consigo sí o sí, es como que me lo pida mí madre o hermanos. Es como que uno hace un lazo de por vida".

Y haciendo alusión a la fecha que se conmemora, se mostró convencida que influye positivamente que sea una mujer la que solicita colaboración, la que está presente en redes sociales. En esos casos, la llegada a la gente es mayor: "creo que ayuda un poco más ser mujer, no el ciento por ciento pero tal vez un setenta por ciento. No sé porqué, pero parece que es así".

VICTIMAS CULTURALES

Hasta ahí todo bien, pero de aquí en adelante y al tratar de obtener referencias de la vida diaria de las mujeres en aquel lugar del país, sus palabras desnudaron una lamentable situación que viene de arrastre, de décadas e inclusive podríamos decir de más de un siglo y que, lo peor, no tiene mayores indicios por el momento de poder obtener un cambio.

"Por momentos me siento en el 1900. La mujer no habla, no opina, siempre atrás del hombre y siempre con sus hijos a cuestas. Donde las ves están con todos sus chiquitos, sean dos u ocho. Poquísimas veces ves a un hombre cargando sus hijos, casi nunca diría. Y trabajan mucho más que los hombres, consiguen la leña (que ya no hay) y caminan mucho para conseguirla, prenden el fuego, cocinan, hacen las artesanías (también las hacen los hombres, pero menos). Las veo muy sufridas, el hombre es el que manda, salvo algunos pocos casos, pero en general es así, incluso manejan los ingresos de dinero, incluidos los salarios universales que el gobierno da. Son muy pocas las mujeres que deciden. No sé si es cuestión de género, creo que es más cultural que otra cosa. Pero yo como mujer sufro bastante al ver esas situaciones, las veo como asustadas, con miedo. No sé cómo explicarlo, pero con la cultura que vamos nosotros es muy chocante. También sufren maltratos, la bebida en el hombre es un gran problema en estos lados -aunque no en todos los casos-, conozco familias que son muy compañeros, trabajan los dos, sus papás cuidan a sus hijos cuando su esposa tiene que salir por un trámite y demás. Pero son los menos. Y te venís con la sensación que son un poco víctimas de su propia cultura".

SON TEMAS TABU

Crudo relato de una realidad agobiante, en este caso en este sector de la Argentina. Lugar en el que no tienen cabida las temáticas de violencia de género y otras cuestiones que están ligadas con la desigualdad entre hombres y mujeres.

Son situaciones que al parecer no cuentan con muchas personas que se entrometan, temas que no logran trascendencia y que en muchos casos llegan hasta la sospecha, pero no mucho más.

Marcela Molina señaló sobre ello que "de eso no se habla, uno se entera de casos por los criollos amigos nuestros o por la maestra del colegio, algo puede verse así por arriba. Pero poco se involucran. En una oportunidad una docente me dijo que creía que a una de las nenas la violaba su abuelo y que 'nosotros no podemos hacer nada si ellos no hablan'. Yo no lo podía creer, lo que esta maestra me estaba diciendo. Esa vez quedé muy mal y no tuve más contacto con ella, me pareció una aberración que como docente no haya hecho nada. Estas cosas también pasan, pero poco sale a la luz".

También el tema de las adicciones no escapa a este lugar. Si bien las sustancias no son las mismas, el desenlace muchas veces es similar. Y también se entremezclan otras cuestiones, como los embarazos a cortas edades y la discriminación. "Supe de un programa para las adicciones de los adolescentes, que aspiran nafta y terminan quemados vivos sin darse cuenta. Pero parece nada funcionar porque no hay continuidad. Lo mismo que los embarazos en casi la infancia, no se hace mucho y también es difícil lograr que el aborigen se acerque a estas campañas, no se sienten parte de la sociedad. A una de las nenas que conocemos le gusta tocar la guitarra y mi marido le dice: 'tenés que anotarte en Cultura, así aprendés algo' y ella contesta: 'no, nosotros no podemos ir a esos lugares, son para criollos'. Sufren discriminación de todo tipo, sobre todo las mujeres. Todos esos temas siguen siendo tabú".