El Movimiento Derecho al Futuro inauguró su ciclo de charlas con una fuerte advertencia sobre el vaciamiento del INTA
Leandro Cambareri, secretario general de APINTA Balcarce, fue el primer invitado del nuevo espacio impulsado en la ciudad. Denunció despidos, venta de tierras y el riesgo de desmantelamiento de uno de los organismos científicos más importantes del país.
UN ESPACIO COLECTIVO PARA COMPRENDER EL AJUSTE
El Movimiento Derecho al Futuro Balcarce puso en marcha esta semana un ciclo de charlas que busca poner en primer plano la realidad que viven diversos sectores laborales frente a las políticas de ajuste impulsadas por el gobierno nacional. Con una mirada local y regional, el espacio apuesta a generar un punto de encuentro para escuchar testimonios directos, compartir diagnósticos y fortalecer la organización en un contexto de incertidumbre y conflictividad creciente.
La primera charla se realizó con la presencia de Leandro Cambareri, secretario general de APINTA Balcarce, quien ofreció un análisis detallado sobre la situación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y los efectos del recorte presupuestario y administrativo que atraviesa el organismo.
“Desde que asumió el nuevo gobierno nacional estamos en una lucha permanente para mantener nuestra fuente de trabajo. A partir de la intervención que se ha hecho desde el gobierno, se habilitaría a quitar fuentes laborales, vender tierras y edificios”, señaló Cambareri durante su intervención.
UNA INSTITUCIÓN ESTRATÉGICA EN JAQUE
El INTA, con más de siete décadas de historia, está atravesando una de las etapas más complejas desde su fundación. Las políticas actuales han provocado despidos, reducción de estructuras administrativas y científicas, y la preparación de un paquete de ventas de tierras e inmuebles distribuidos en distintas provincias del país.
La medida afecta directamente a cientos de técnicos, investigadores y administrativos, muchos de los cuales desarrollan tareas en campos experimentales, agencias territoriales o centros regionales que son parte del entramado productivo nacional. Balcarce no es la excepción: la estación experimental local y las agencias dependientes de ella están en una situación de alerta, en un momento clave para las investigaciones aplicadas al agro y la formación de profesionales del sector.
Según expuso Cambareri, “estamos en la lucha permanente para que no se desmantele el instituto, que es muy importante para el sector productivo. Con sus investigaciones que ha hecho a lo largo de sus 70 años, el INTA ha beneficiado al sector. Sería preocupante, en caso de que siga avanzando esta reestructuración, para la ciencia y tecnología de la parte agropecuaria”.
IMPACTO EN BALCARCE Y LA REGIÓN
La Estación Experimental Agropecuaria Balcarce tiene una posición clave dentro del sistema INTA. No solo por su producción científica y técnica, sino también por su alcance territorial, que incluye varias agencias que trabajan en contacto directo con productores del sudeste bonaerense.
Los recortes ya comenzaron a sentirse en la planta local, con retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas que no están siendo reemplazadas, lo que debilita los equipos técnicos y reduce la capacidad de acompañamiento a los sistemas productivos regionales. También se ven afectadas las actividades de formación, extensión rural y experimentación, pilares fundamentales de la presencia del INTA en el territorio.
En paralelo, la posible venta de tierras utilizadas para ensayos y producción a través de cooperadoras representa una amenaza directa a una fuente de financiamiento complementaria que ha sido clave en los últimos años para sostener proyectos frente a las restricciones presupuestarias. La discusión en torno al INTA fue el punto de partida. Pero el ciclo promete seguir abordando las múltiples aristas de una crisis que impacta día a día en la vida de los y las trabajadoras de Balcarce y la región.