Haciendo realidad el sueño de la inclusión
Poder estudiar, trabajar, trasladarse y manejar los recursos propios, son cosas que son parte de la vida común de la mayoría de las personas, pero no para todas. Para las personas con discapacidad lograr una vida autónoma es un gran desafío, para la que no solo deben desarrollar habilidades específicas, sino sobre todo, derribar barreras sociales y culturales. Acompañarlas en ese camino es la misión del “Centro Formativo Inclusivo para la vida independiente”, llevada adelante por el profesor Juan Vinentti, quien habló con El Diario para relatar su historia y la de este innovador proyecto que hoy cosecha sus frutos.
Juan Vinentti es oriundo de Capital Federal y es profesor de Educación Física especializado en Educación Física Adaptada. “Mi primer trabajo lo hice con personas con discapacidad, hace dos años que estoy trabajando en Balcarce porque tengo familia acá, inicié en Desarrollo Social y ahora tengo mi propio espacio en la sede del Club Racing, a quienes les estoy muy agradecido”. Se trata del Centro Formativo Inclusivo para la vida independiente, allí Juan y un equipo de profesionales trabaja con personas con diferentes patologías, como síndrome de asperger, síndrome de Down, TGD (Trastorno generalizado del desarrollo), TEA (trastorno espectro autista), entre otras. “La idea es que todos los chicos que acuden al espacio puedan desarrollar habilidades o aptitudes que los ayuden a desenvolverse en su vida diaria, sin necesitar la ayuda del otro”.
“Cuando pensé en este proyecto se lo presenté a Esteban Valero, porque él ya había arrancado con el suyo en el Café Krüg, y darle un enfoque más de recreación. En el instituto le damos a los chicos todas las herramientas para que por ejemplo aprendan a escribir y a leer, manejen los números, que aprendan a hacer un currículum, para que el día de mañana puedan presentarse en un trabajo, También hay taller de manualidades en el cual tienen la posibilidad de manejar herramientas para el día de mañana poder trabajar. Además, hay un taller de vida independiente, encabezado por Esteban, en el cual aprenden a cocinar, lavar la ropa o hacerse la cama”.
“Es un enfoque que faltaba en Desarrollo Social, yo siempre busqué que los chicos se desenvuelvan en espacios recreativos y que puedan entrar en contacto con los demás, el estar socializando también es importante. Hacemos actividades a través de juegos cooperativos en el cual todos colaboran para llegar a un fin en común, en resumen, es para que ellos sean autónomos”. Vinentti mencionó que cada joven que ingresa al instituto es entrevistado junto a su familia y después en solitario, “es importante tener una charla a solas con los chicos porque ahí realmente ves lo que ellos quieren hacer y le damos la oportunidad de elegirlo. Yo los acompaño en la elección que hacen, pero nunca los presiono, me gusta que ellos se sientan libres. Me gusta ver cómo van aprendiendo sobre sus propias capacidades y se van quitando el miedo de salir a la calle, porque muchos de ellos estaban convencidos de que salir de la zona de confort podría ser peligroso, y no es así”.
“El Centro comenzó sus actividades en marzo del año pasado y a inicios de este año agregamos actividades de verano acompañado de otro profesor. Para esto me dio una mano la subsecretaria de Deporte y Recreación Soledad Vivio, quien me facilitó todo para que lleve a los chicos al "poli", donde vamos tres veces por semana”.
Para Juan ver cómo los chicos van venciendo sus miedos y desarrollando habilidades es reconfortante. “Siento que ya cumplí con mi objetivo, ayudar a los chicos a lograr lo que son hoy. Que se puedan manejar solos en el transporte público, o que vayan a un kiosco por su cuenta. Que un chico con discapacidad pueda salir adelante en la vida, nosotros le damos esas herramientas, pero después no podemos estar en la vida de cada uno.
“Mi relación con los chicos es hermosa, cada vez que planeamos una actividad me pongo a jugar con ellos, soy uno más. No existe esa diferencia entre docente y alumno saben que al final de cuentas soy la autoridad pero que pueden confiar en mí. Siempre tenemos charlas con todos en donde me cuentan sus cosas, si están tristes, si se sienten bien o enojados, y eso comúnmente no pasa con un docente en una escuela por ejemplo. Ellos incluso modifican parte de lo que planeamos, y lo mejoran, ellos tienen lugar en la toma de decisiones también.
Una de las metas que se propuso Juan en este Centro, es que sus alumnos puedan el día de mañana tener una salida laboral. “Uno de nuestros chicos trabaja como ayudante en la huerta del CIC 1, en el Centro estamos utilizando mucho el taller de cocina, más ahora en las actividades de verano. Me gustaría que los negocios de la ciudad confíen en que los chicos pueden desempeñarse como cualquiera de nosotros. Sorprende lo que pueden hacer, mi sueño es que el día de mañana puedan conseguir el trabajo como ayudante en cualquier lado”.
“Hace dos años, cuando llegue a Balcarce no sabía realmente si iba a concretar este proyecto, tengo que agradecer a la gente de Desarrollo Social, porque ahí tuve mi primer trabajo en la ciudad, y al Club Racing, donde además es mi lugar de trabajo, por haberme brindado el espacio para trabajar”. El Centro cuenta con la asistencia de psicólogos, profesores de nivel inicial, profesora de lenguaje y escritura y de educación física, cada uno de ellos con su propio taller. “Permanece abierto de lunes a viernes, de 14 a 18, cualquier persona de seis años en adelante, ya sea que tenga una discapacidad o no, es bienvenida a anotarse”. Cualquier chico o familiar que esté interesado en anotarse, puede hacerlo en la propia sede en los horarios mencionados.