Lucas Torres, la historia del joven piloto que alcanzó su sueño de volar

Lucas Torres, la historia del joven piloto que alcanzó su sueño de volar

A fines de febrero, el Aero Club Balcarce incorporó a dos nuevos pilotos, Lucas Torres y Francisco López, quienes obtuvieron sus licencias de piloto privado. Lucas tiene 19 años, luego de mucho esfuerzo y espera logró estudiar aviación y obtener las horas de vuelo necesarias para tener su licencia. Tras pasar por varios desafíos y dificultades alcanzó su sueño de volar, un anhelo que lo acompaña desde muy chico. “Volar me da la sensación más gratificante que sentí en mi vida, la de la libertad de hacer lo que más me gusta”, relató Lucas a El Diario.

Lucas comenzó su carrera a los 17 años, pero su vocación surgió desde muy chico. “Mi amor por la aviación comenzó sin una razón particular ya que ninguno de mis padres estuvo ligado a la actividad aeronáutica. Desde que tengo memoria, cuando me preguntaban que quería ser de grande yo respondía: piloto de aerolínea. Recuerdo que siempre que pasaba un avión cerca de mi casa o veía algún video en las noticias me quedaba embobado con los aviones. Las visitas que hacía desde chico a los encuentros en el Aero Club me atraparon, mucha gente se reunía para ver aviones de otros lados despegar o aterrizar, yo con siete años estaba en el paraíso. Ya tenía esas ganas de ser piloto, de estar ahí arriba como ellos, de manejar y estar metido en el tema, era algo que me salía de adentro”.

LA VOCACIÓN

POR SER PILOTO

“Con el paso de los años me fui dando cuenta que esto era algo que yo realmente amaba, que era una pasión. De adolescente me interioricé en el tema, concretamente sobre qué posibilidades tenía de estudiar la carrera de piloto, así que empecé a investigar cuales eran los requisitos para inscribirme y empezar. Uno de ellos es que debía tener 16 años y nueve meses para comenzar la carrera, imagínate yo con 12 años enterarme de esto, la espera se me hizo eterna”.

El joven piloto comentó que durante ese tiempo fue puliendo otras habilidades que se requerían para comenzar el curso de piloto privado. “Como por ejemplo aprender inglés e investigar toda la parte teórica del vuelo, que tiene más que ver con la física o la matemática. En marzo de 2020 cumplí la edad para ingresar, pero justo se dio en el comienzo de la pandemia, por lo que se tuvo que dilatar el comienzo de la carrera hasta finales de ese mismo año”. Lucas obtuvo su licencia de piloto privado en febrero de 2023, pero relató que en el medio también surgieron imponderables. “La pandemia y la facultad alargaron un poco la espera pero estos últimos dos meses le metí a full y me pude recibir, estoy re contento”, agregó.

Lucas reveló que su primer vuelo – vuelo de bautismo- lo hizo con el mismo avión con el que se recibió. “Se dio una justicia poética muy linda. Durante el tiempo que duró el curso, el Aero Club se convirtió en mi segunda casa, ahí conocí gente, aprendí lo que me gustaba, me di cuenta que esto era realmente lo que yo quería ser. El avión me da dos sensaciones que son casi ambiguas, primero me da el sentido de la responsabilidad, porque estás en una actividad de alto riesgo y tenés que estar siempre pendiente de la situación, nunca te tenés que desconcentrar. Pero por otro lado me da la sensación más gratificante que sentí en mi vida, la libertad de hacer lo que a uno más le gusta. Arriba del avión ves al mundo desde otro punto de vista, los que tenemos la posibilidad de manejar un avión somos privilegiados. Tanto el que pilota como los que van de pasajeros tienen una perspectiva que no la ve nadie”, expresó Lucas.

PRIMER PASO AL GRAN SUEÑO

Lucas aclaró que el piloto privado está habilitado a volar solo o transportando pasajeros pero no percibe dinero, a diferencia del piloto comercial. “Para hacer una comparación, yo saco mi licencia para conducir autos, pero si quiero ser un chofer de colectivo de línea es otra licencia aparte”.

“Los vuelos se dividen en dos, por un lado están las navegaciones, en donde aterrizás en otro aero club, como por ejemplo Mar del Plata o Bahía Blanca, que fue mi último aterrizaje. Hacés tu plan de vuelo, despegás, aterrizás, llenás formularios y volvés. Por otro lado tenés los vuelos locales, por la zona de Balcarce, acá practicamos todo lo que nos van a tomar en los exámenes, despegue, aterrizaje, maniobras, emergencias, etc”.

El joven aseguró que su mayor sueño es ser piloto de línea en un futuro. “Me lo tomo con mucha calma porque sé que es una carrera muy larga y que requiere muchos recursos económicos. Pero si uno hace lo que le gusta, de forma constante y tranquilo, en algún momento va a llegar”.

Lucas recordó el esfuerzo que hicieron sus padres desde el inicio. “Ellos en todo momento me apoyaron económicamente para hacer la carrera y siempre voy a estar agradecido, porque sé que hicieron un sacrificio. También pienso en los sacrificios que voy a tener que hacer yo de acá en adelante si es que quiero llegar al último objetivo, ser piloto de línea aérea. Si uno de verdad quiere perseguir su sueño va a tener que hacer todos los esfuerzos que sean posibles. Si bien disfruto lo que hago, es un desgaste físico importante, he pasado tardes enteras en el Aero Club, estando en el lugar para chequear el avión o levantándome a las 4 de la mañana para empezar a estudiar. Pero más allá de todo eso, ese deseo es el que te impulsa a seguir adelante. Esto es lo que más me gusta hacer, volando me encuentro a mí mismo, todos los sacrificios que tenga que hacer van a valer la pena”, concluyó.

La Escuela de Vuelo es, sin dudas, el corazón del Aero Club Balcarce. En sus 69 años de historia ha dado muestras de su liderazgo en materia de instrucción y formación de pilotos. Leandro Alessio es instructor de vuelo y quien acompañó en su viaje a Lucas y Francisco. "Lo que brinda la Escuela de Vuelo son cursos, las licencias son emitidas por ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) que es el ente que regula la aviación en Argentina. El primer curso es el de piloto privado de avión, el cual consta de una parte teórica y práctica”, comentó Alessio a El Diario.

“Los instructores les vamos brindando las primeras herramientas teóricas para que vayan adquiriendo los conocimientos antes de subirse a un avión. Si van teniendo dudas nosotros las vamos evacuando en diferentes reuniones y dando alguna clase si es necesario. La parte práctica consiste en 40 horas de vuelo como mínimo, pudiendo operar aeronaves monomotor de hasta 5.700 kilos de peso máximo de despegue. Deben realizarlo en un periodo no menor a dos meses y no mayor a 2 años”.

Alessio remarcó que a través de la escuela se hace un pedido de examen a ANAC, y ellos envían a su inspector, quien les toma el examen. “Una vez aprobado el examen teórico se toma el práctico, que lleva alrededor de una hora y media, en donde el piloto vuela junto al instructor de vuelo, en el caso de Lucas y Francisco fui yo el que los acompañó. Una vez aprobados los dos exámenes, el ANAC emite la licencia del piloto privado de avión”.

“El paso siguiente es la licencia de piloto comercial que requiere 200 horas, sin sumar las 40 anteriores como piloto privado, arranc{as de cero. Dentro de ese número tenés que adquirir 80 horas de navegación, unas 30 horas de vuelo con instrumento - en donde no tiene referencia visual del exterior-. En esta modalidad de vuelo se le coloca una capota al piloto que le impide ver lo que pasa afuera de la cabina, va a pilotar el avión basándose en la información que le brindan los instrumentos. Por último, va a necesitar completar 10 horas de vuelo nocturno”.

El instructor explicó que una vez que el piloto cuente con toda esta experiencia, el resto de las horas podrán ser de vuelo local o de bautismo, transportando a familiares o amigos. “Una vez completadas, el proceso para pedir la licencia de piloto comercial es el mismo que el anterior, se hace un pedido de examen a ANAC y nuevamente mandan a su inspector de vuelo para evaluarlos. Es a partir de esta instancia en la que puede empezar a percibir un sueldo”.

Alessio sostuvo que Argentina es el país más exigente a la hora de alcanzar los requisitos para la licencia de piloto de aerolínea. “Para volar un avión de línea área se requieren 900 horas, los aviones locales no son muy rápidos y cuesta llegar al objetivo. Pero ser piloto comercial te da la ventaja de alcanzar las horas haciendo diferentes trabajos, como publicidad aérea en la costa en temporada de verano o publicidad sonora, por ejemplo en los anuncios de parques de diversiones o circos”.

“En el medio hay otras licencias para sacar, a las 450 horas podés sacar la licencia de aerofumigador, “es otro vuelo totalmente diferente a los otros trabajos pero que también sirven a la hora de sumar horas de vuelo”. A las 550 horas podés recibir la licencia de instructor de vuelo, en donde todas las horas que acompañaste a los pilotos en sus exámenes se acumulan y eso te facilita el camino”.

Por último, Alessio invitó a las personas interesadas en iniciar la carrera que se informen a través de las páginas de Facebook e Instagram del Aero Club. “Ahí vamos a estar evacuando dudas con la gente que está encargada de las redes sociales”, concluyó el instructor del Aero Club Balcarce.