“No es necesario creer en Dios, hay que creerle a Dios”

“No es necesario creer en Dios, hay que creerle a Dios”

No fue un año más el que pasó. Es que en su transcurso, él culminó los estudios académicos en la Escuela de Diaconado, en Mar del Plata y por ende recibió posteriormente la correspondiente ordenación en un acto que tuvo lugar en la parroquia “San José”, tras lo cual entró oficialmente en actividades, si bien ya venía desarrollando otras tantas.

Al efectuar un balance de lo vivido, el diácono Walter De Santis señaló que “fue un año totalmente bendecido, en todos los aspectos. Como padre de familia pude disfrutar junto a mis seres queridos y desde la vocación más feliz que nunca, porque concreté un sueño aspirado durante más de nueve años. Poder servir, llevar la palabra a otros, poder acercarles a Cristo, de alguna forma hacer un vínculo, porque en realidad uno no hace más que ser un servidor, ser un siervo, esa es la palabra. Llevar la palabra, llevar la alegría, la esperanza, esto que nos trae el Señor de renovar el corazón. Y que nos invita a replantearnos realmente como personas cuál es nuestro caminar diario, cuál es nuestro derrotero, porque no venimos a este mundo solamente a pasar sino que tenemos que dejar algo. Y ese algo tiene que ser los hermanos, tratar de fraternizar y unir mucho más, demostrar que es posible vivir con la fe y desde la fe. Que no es necesario creer en Dios, hay que creerle a Dios, porque tiene un proyecto para cada uno de nosotros, que somos únicos e irrepetibles. Y si tomamos el verdadero valor de lo que somos, seguramente podremos proyectarnos todos como mejores personas”

TAREAS DIARIAS

En lo que es su actualidad y las actividades diarias que realiza, además de trabajar de lunes a sábado en la ferretería a la que ha dedicado gran parte de su vida laboral, paralelamente desarrolla con gran pasión y responsabilidad su actividad eclesiástica.

La misma es variada y, tras su ordenación, ha agregado más aristas a su accionar. “Siempre hay alguna tarea pastoral que hago entre semana, con algún responso o visita a una familia. Y después los fines de semana llevo la comunión a aquellas familias que por enfermedad o por lo que sea no pueden asistir al templo, también acompaño la celebración de las misas, realizo bautismos y celebro casamientos. Además, eventualmente me llama alguna familia para que bendiga la casa, algún objeto, una imagen o algo que tienen en su casa, por ejemplo Biblias, Vírgenes, crucifijos. Esa es un poco la tarea”, destacó.

LINEA DE SERVIR

En su momento, tuvieron mucha incidencia en el camino de su vocación el Obispo Antonio Marino, los Padres Ezequiel Kseim y Fernando Mendoza, luego también el obispo de turno y el párroco local, quienes de una u otra manera le fueron tendiendo su ayuda, sabedores todos ellos del largo proceso que se debe recorrer. Además, claro está, del apoyo de la firma para la cual trabaja y el respaldo sin reticencias de su núcleo familiar más íntimo, pilar indiscutido para poder alcanzar el logro por el cual se preparó durante tanto tiempo.

Hoy en día todo es un grato recuerdo, aunque personalmente Walter De Santis conoce mejor que nadie que todas esas bases le posibilitan estar hoy sumamente contento con la tarea que lleva adelante.

“Me siento muy bendecido, todo lo que hago es con un placer enorme porque sirvo al Señor, no hago nada más que eso. Y puedo asegurar que eso me llena mucho el corazón, vale la pena todo lo que estudié y lo que pasé, como persona me siento muy pleno y como creyente mucho más, sobre todo ahora como parte del Clero. Con un compromiso tal vez un poco mayor, pero siempre en la misma línea de servir, esa es la verdad”.

“En esto cuando uno empieza a caminar tiene una visión de las cosas, pero a medida que te vas metiendo te das cuenta que es más profundo, que va más adentro y requiere mayor respeto, no solamente en el altar sino que me requiere a mí un respeto mucho mayor en la calle, con la gente, en la comunicación cotidiana y en el trato con los demás. Porque tengo que ser coherente, aunque uno no pasa a ser un santo tampoco sos una persona más. Pero sí estoy muy esperanzado en poder servir, todo lo que vengo haciendo hasta ahora y más”.