Otro vecino fue reconocido por el intendente tras 47 años de trabajo en su vivero
El modus operandi fue avasallador, primero entró el Intendente Municipal y tras él, todos los medios de comunicación para retratar el momento en el que Héctor Murias junto a su esposa, Nora Isabel Bakker, fueron sorprendidos en su vivero ubicado en calle 19 entre 14 y 16, ya que tras 47 años de trabajo en el rubro tomaron la decisión de retirarse a descansar.
Visiblemente emocionado y luego de un abrazo con el intendente Reino, Murias, expresó: «hay que descansar un poco. Cambiarle el ritmo a la vida. Es toda una vida, son muchas horas, muchos años, mucha entrega en una ciudad hermosa que la tenemos que cuidar y los balcarceños la tenemos que querer más. Tenemos que ser mucho más localistas y comprar más en Balcarce porque tiene todo.
Para nosotros culmina una etapa después de 47 años, comenzamos en 1976 y de a poco fuimos creciendo, también los años que nos piden un poco de descanso y en eso estamos. Empezamos donde estaba Lonamur y después pudimos comprar este espacio. Todo lo que pudimos entregar lo entregamos, lo que le pudimos dar a la gente lo dice el cartel que está sobre la entrada: ‘si nos extrañan es porque hicimos bien las cosas’».
«LA QUE SABE»
Luego, tomó la palabra Bakker a la que el Intendente catalogó como «la que sabe» y ella con modestia, respondió: «quizás no la que más sabe, sino la que tiene más experiencia porque ya mi padre tenía un vivero y desde que yo nací estuve adentro de uno. Esa experiencia fue la que me llevó a seguir con este negocio».
EL LEGADO
Consultada sobre cuántos años lleva la familia Bakker desarrollando esta actividad, explicó: «fue cuando nos echaron de las granjas a todos los holandeses que nos habían traído para trabajar en esos lugares.
Mi padre se mudó cerca del cementerio y veía que mucha gente iba ahí y se le ocurrió la idea de empezar a cultivar plantas con flores para vender y así empezó. Son un montón de años». Inmediatamente, Murias agregó: «de ahí surgimos los sucesores y aquí estamos: algunos abandonamos antes, otros son muchos más jóvenes y les queda todo un camino por recorrer. Esperemos que continúe la línea que se inspiró en todo esto».
RECUERDOS Y RECONOCIMIENTO
En referencia a los recuerdos y el reconocimiento de los propios clientes, Murias señaló: «dimos todo lo que pudimos y lo notamos con la gente que viene a saludarnos, nos reconoce y fuimos muy sinceros, muy francos: hicimos lo que pudimos y hasta acá llegamos. Igualmente notamos el reconocimiento y es un golpe muy fuerte al corazón».
LA PALABRA DEL INTENDENTE
Del mismo modo Esteban Reino manifestó: «son gente de trabajo y como decían ellos, siempre dejando una línea de conducta en el comercio y ahora inicia una nueva etapa, llega la edad en la que tienen que disfrutar a sus nietos, a sus hijos y otras cosas. Disfrutar lo que se han ganado», concluyó.